Peco Varela, investigador en las fronteras de la ciencia

A sus 35 años, Juan Alberto ‘Peco’ Varela, físico de profesión y exalumno del Colegio -egresado en 1995- vive en la ciudad francesa de Bordeaux y disfruta de sus trabajos de investigación que, en bastantes casos, le permiten moverse en las fronteras del ciencia.

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En esta entrevista, Peco resume los temas en los que está profundizando actualmente y detalla cuáles son sus perspectivas de futuro.

¿Qué te llevó a estar trabajando hoy en día en Bordeaux?

Estoy trabajando en un instituto de neurociencias, usando nanopartículas para entender un poco mejor cómo funciona el cerebro. Trabajamos para entender mejor el desarrollo natural del cerebro y también con modelos de patologías como esquizofrenia, Alzheimer, Parkinson, etc. Vine a trabajar a este instituto porque es uno de los pocos lugares en el mundo donde se trabaja en neurociencias de manera realmente interdisciplinar.

¿Hace cuánto llegaste?

Llegué hace un poco más de tres años, inmediatamente después de terminar el doctorado en Irlanda.

¿Cuáles son tus perspectivas profesionales para el futuro?

La idea es empezar un laboratorio independiente, en alguna universidad que sea fuerte en investigación en enfermedades neurodegenerativas y en óptica. No se puede trabajar solo, hay que estar en un ambiente en el que las colaboraciones con otros investigadores permitan moverse a buen ritmo. Se necesita estar entre expertos de áreas que uno no domina, sobre todo cuando se trata de temas de investigación que son naturalmente interdisciplinares. Por ahora no tengo nada confirmado, aunque estoy en conversaciones bastante avanzadas con distintos grupos de investigación.

¿Qué motivación te mantiene para seguir viviendo en Francia?

Hay varias. Te diría que la principal es el nivel del laboratorio en el que trabajo. Es un laboratorio en el que se trabaja a gusto y se publica mucho y bien (muy, muy bien). Además es un lugar que atrae a investigadores de gran nivel. Aquí en Bordeaux se organizan congresos constantemente y viene gente de todas partes del mundo. Por ejemplo, el año pasado y el anterior organizamos dos congresos de microscopia, a los cuales vinieron dos investigadores que ganaron el premio Nobel hace un par de meses.

¿Qué cosas te han sorprendido más de tu vida en Europa?

Mmmm, no se me ocurre nada que sea ‘sorprendente’.

¿Qué extrañás más de Uruguay?

La familia y los amigos.

¿Qué recuerdos te quedan de Monte VI?

Muchos y muy simpáticos. No sabría ni por dónde empezar. Alumnos y profesores, deporte, campamentos del ‘Gaucho’ Barrios, y una larga lista de etcéteras.

¿Le recomendarías una experiencia como la tuya a los alumnos del Colegio?

Sin duda le recomendaría a todos los jóvenes que pasen algún tiempo en el extranjero. Se aprende muchísimo, sobre todo en ambientes en los que hay gente de varias nacionalidades diferentes (típico de las universidades). Una de las mejores cosas de estos años en Europa es haber hecho amigos de culturas completamente distintas, como pueden ser escandinavos, chinos, indios o rusos. Ahora, en cuanto a hacer un doctorado, se lo recomendaría solo a los que estén realmente motivados y dispuestos a trabajar día y noche en un proyecto a largo plazo.