‘Soy malo para estudiar’

¡Sin duda la educación es un tema crucial para enfrentar y desenvolverse positivamente.  Para cumplir sueños y metas. Para lograr ser la mejor versión de uno mismo. Y entonces… ¿qué hacer cuando nuestros hijos nos dicen: “Soy malo para estudiar”,  “No soporto estudiar y hacer tareas”?

Por Daniela Vieira, de Fundación Hacer Familia (Chile)

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Frente a un  hijo o hija que afirma con mucha seguridad que es malo para estudiar porque  “nació así”, “no le interesa” o “le carga”, es importante reaccionar con calma y seguir estos consejos:

• Entender la etapa en la que están. La pre adolescencia es un periodo dónde nuestros hijos comienzan a distanciarse de la niñez y a aproximarse a la adolescencia. Aparecen cambios físicos, se ven más grandes. También empiezan a estar más autónomos, más independientes de los padres. Los pares comienzan a tener un rol más importantes en sus vidas. El colegio y los amigos son un tema fundamental en esta etapa. El colegio abarca un gran porcentaje de tiempo, por ende, todo lo que ahí sucede, tiene un gran impacto en ellos.

• Contenerlos, escucharlos, darle tiempo para que nos digan todo aquello que sientan y piensen de sí mismo y de lo que están experimentando. Identificar sus miedos, sus fantasías, entender por qué dicen eso, qué experiencias concretas han tenido que les hace sacar esa conclusión.

• Indagar si esto alude a una creencia irracional de nuestros hijos o efectivamente están atravesando por alguna dificultad académica real y concreta. Para esto es muy importante estar en contacto con los profesores y estar abiertos a recibir indicaciones y sugerencias por parte de ellos.

• Estar constantemente potenciando las capacidades, recursos y talentos de nuestros hijos. Esto afectará directamente su autoestima y en cómo se refieran o hablen de sí mismos.

• Brindarles herramientas necesarias para estudiar y aprender: espacio adecuado donde se puedan concentrar (desconectado de facebook, whatsapp, video juegos), materiales de estudio y de apoyo, clima de tranquilidad en la casa, enseñarles que no pasa nada malo si dicen “no sé” o piden ayuda. Esto último es parte crucial del aprendizaje.

• “Soy malo para estudiar” no es determinante. Un mal estudiante se puede transformar en buen estudiante. Se logra con motivación, esfuerzo, perseverancia, tolerancia a la frustración, hábitos de estudios. Todos estos son valores que hay que trabajar con los hijos desde pequeños, es recomendable inculcarlos en etapas anteriores.