Joaquín Fraschini vive su segundo intercambio con Redfield College y escribe desde Sydney

Joaquín Fraschini estuvo en Redfield como alumno del Colegio en 2004, y ahora viajó a Australia como docente a cargo de seis estudiantes de 3º de liceo, en la décima edición del intercambio. Recién llegado a Sydney, relata sus primeras impresiones

Joaquín -como alumno en 2004- es el segundo desde la izquierda

¿Cómo están? Aquí van algunas impresiones a pocos días de llegar a Australia.

¡Redfield ha cambiado muchísimo! Construyeron un nuevo edificio que une Primaria y Secundaria (que eran los dos edificios que había en 2004), donde se ubica la biblioteca que es muy amplia y cómoda, salas de informática, las oficinas del Director y Subdirector, entre otras cosas. Además en ese edificio hay una sala muy grande donde hoy en día toman los exámenes de Year 12, y es donde planean hacer la nueva capilla. También han hecho nuevas canchas, subvencionadas en buena parte por el Estado: dos canchas polifuncionales con piso de material y otra de pasto donde juegan los partidos entre las houses en los recreos.

El paisaje sigue tan lindo como siempre, con el lago y un predio muy grande con mucho verde, así que es realmente un placer estar ahí. Pasear por los jardines del colegio es espectacular.

En Redfield se nota una apuesta fuerte a las nuevas tecnologías, con tres laboratorios informáticos con equipos de última generación. Uno de esos los laboratorios cuenta con los mejores equipos y es donde los chicos diseñan  distintos proyectos que después llevan a la práctica en un taller contiguo.

Pero también se nota una apuesta muy fuerte a la creatividad. Tuvimos la posibilidad de ver los trabajos que realizan en arte y realmente son ¡muy buenos! Y además apuestan en grande a la música, con instrumentos de todo tipo y un sector especial para ello.

El intercambio ha evolucionado mucho en estos años. Desde aquella primera aventura de 2004, en la que vinimos sin saber realmente a dónde veníamos, en la que nadie por aquí tenía mucha referencia de quiénes éramos; al día de hoy en el que los chicos uruguayos ya conocen casi todo acerca de Redfield, conocen las casas donde van a quedarse por Google maps, tienen contacto con las familias por Facebook; y aquí ya todos saben dónde queda Uruguay, saben que venimos de Monte VI y, afortunadamente, tenemos una excelente reputación.

El primer día en que fuimos al Colegio, el director y subdirector nos dieron unas palabras de bienvenida, en las que hicieron hincapié en la excelente reputación que tienen los alumnos de Monte VI. Nos comentaron que han tenido intercambios con muchos colegios de distintos países pero que los alumnos de Monte VI son por lejos los mejores. Así que ya pusieron alta la mira a nuestros estudiantes para que mantengan esa reputación, que sin dudas lo harán. Y se mostraron muy agradecidos por la forma en que en Uruguay las familias y el personal del Colegio tratan a sus alumnos que viajan.

Como decía, el intercambio ha evolucionado mucho y muy positivamente. Cada vez nos conocen más por aquí y les encanta que vengamos. Además los chicos de Redfield que viajan a Uruguay vuelven en su mayoría encantados, y le comentan a los menores sobre su experiencia, por lo que cada vez son más los chicos que quieren viajar. El hecho de encontrarme en Redfield con los alumnos que han ido a Montevideo años anteriores y que me saluden y me pregunten si los recuerdo (incluso a un grupo de ellos los llevé a Buenos Aires), hace que todo sea más familiar. También me preguntan por los profesores uruguayos que han viajado a cargo años anteriores, por lo que el clima es de mucha familiaridad. Además, este año recibimos primero a los chicos australianos, lo cual hace que todo sea más fácil para nuestros viajeros.

Me estoy alojando en casa de los Byrne, la misma familia que me recibió en 2004. Fue una gran sorpresa enterarme de que me alojaría allí. ¡Me recibieron de un modo espectacular! Han sido muy cálidos en la bienvenida y me han dado una mano impresionante en todo. Los chicos enseguida se movieron para conseguirme un celular, me ofrecen llevarme para todos lados y de hecho hasta han organizado planes para nuestros seis chicos. Por ejemplo, la abuela de los Byrne tiene una casa en Nelson Bay, que es un balneario a unas horas de Sydney, y piensan llevarnos a todos y pasar alguna noche allí.

Por último, les cuento que hoy nos dieron el día libre para pasear por Sydney y los chicos uruguayos quedaron fascinados.

Bueno, me despido con un abrazo para todos,

Joaquín